jueves, 19 de noviembre de 2015
Lo mejor estar por llegar
Si algo podemos tener claro que hemos compartido absolutamente todos los seres humanos en la vida, de la misma manera que el aire que respiramos, es caernos emocionalmente. De eso nadie se salva, nadie. Sin importar condición social, estatura, género, idioma o país, todos en algún momento hemos aterrizado en el piso, por decirlo de alguna manera.
Y es totalmente válido, es parte de la vida misma; parte de sentirnos y sabernos vivos. Inevitablemente la vida nos presenta lecciones de aprendizaje que nos tumban, nos vuelcan, nos hacen sentir que un hoyo negro nos succiona y que nos metemos a un túnel sin salida. Abandonarnos emocionalmente es provocado por múltiples situaciones, entre las más frecuentes: porque el corazón lo tenemos roto, por un diagnóstico médico nada agradable, un divorcio, la pérdida de un ser amado, falta o pérdida de trabajo, la frustración ante no lograr una meta esperada, o por una dependencia a las drogas, el alcohol, una codependencia hacia una relación, persona, familia, hijos... En fin, ¿quién no ha tocado fondo alguna vez en su vida?
A veces sentimos que la vida nos aplasta, que todo se derrumba, que todo lo blanco es gris si bien nos va porque la mayoría escogemos verlo todo negro (se convierte en el color de temporada). Lo cierto es que como dicen: "caer está permitido pero levantarse es obligatorio".
Caemos porque estamos vivos, y estar vivos es sentir. Ten claro que los sentimientos no deben controlar nuestro comportamiento, pero tampoco debemos ignorarlos. Nuestra parte emocional es vital, hay que permitirnos sentirnos felices así como devastados si es eso lo que elegimos, la cosa es que tratar que no sea demasiado frecuente o tu estilo de vida. Es mejor permitirse por unas horas, momentos o si es necesario días caer en el hoyo que tratar de hacernos súper héroes de acero sin sentimientos.
Como todo tiene un lado bueno en la vida, resulta que permitirnos vivir un mal momento, hundirnos, de hecho, puede ser un gran motivador en tu vida (Recuerda que todo pasa para algo). Por ejemplo: la ira puede impulsarnos a resolver un problema, el miedo nos alerta a huir de donde corremos peligro, las heridas y el dolor emocional nos dicen que nos mantengamos alejados de la situación o persona que crean esos sentimientos en nuestra vida. Nuestras emociones aportan si vemos el lado positivo. Como ves, algo negativo puede ser totalmente bueno.
Otra cosa muy diferente, es caernos y ni hacer por donde levantarnos o aprovechar la caída como aprendizaje para avanzar con más fuerza al volver a caminar, permanecer en sentimientos negativos, no llevan a nada bueno.
Efectivamente, hay una delgada línea, entre aprovechar y reconocer esas emociones negativas y que nos impulsen para bien o elegir que el dolor emocional abrace la tristeza y la deje "consolarnos" por mucho tiempo, casi adueñándose de nuestra existencia.
Lo importante es reconocer que somos humanos, permitirnos caer y luego buscar la solución. Porque los sentimientos reprimidos no desaparecen, nos frenan y hacen la vida más pesada. Recuerda además en todo momento que los sentimientos son energía emocional, que no son rasgos de tu personalidad. Algo pasajero que aparece porque le das permiso, sea bueno o malo.
La vida va a tirarte tierra, todo tipo de tierra... el truco para salir del pozo es sacudírsela y usarla para dar un paso hacia arriba. Cada uno de nuestros problemas, que yo prefiero llamarlos lecciones de aprendizaje, es un escalón hacia arriba. Podemos salir de los más profundos huecos si no nos damos por vencidos... Usa la tierra que te echan para salir adelante...
¡Y recuerda: a sonreír, agradecer y abrazar la vida!
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